En septiembre de 1953, el importador de EE.UU. de Daimler-Benz, Maximilian Hoffman, dio ideas para mejorar el negocio de EE.UU. Deseó que dos diferentes modelos de automóviles deportivos complementaran la gama hasta ahora conservadora de los modelos de Mercedes-Benz. Para el diseño de un verdadero auto deportivo ofrecieron como base el coupé 300 SL, que en los EE.UU., al ganar la Carrera Panamericana había logrado la atención de los estadounidenses. Además de esto también tendría que haber un turismo deportivo que ofrecería la practicidad cotidiana. Hoffman recibió la promesa de que el 6 de febrero de 1954 un estudio de estos vehículos se presentaría en Nueva York en el "Salón Internacional del Automóvil". A pesar del desarrollo corto de 5 meses de estos vehículos, a la prensa le encantaron. El desarrollo del 300 SL había progresado mucho, por lo que la producción comenzó en agosto de 1954. El 190 SL fue presentado en marzo de 1955 en el Salón del Automóvil de Ginebra. La producción en serie comenzó dos meses después en la planta de Sindelfingen, en la cual ya se producía el 300 SL. La velocidad de 190 km / h no pudo realizarse. En la práctica, la velocidad máxima fue de 170 km / h.